¿Qué es la maquinaria hidráulica y cuáles son sus aplicaciones?
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La tecnología industrial hidráulica es aquella en la que un líquido o fluido se utiliza como vía para transmitir la energía que una maquinaria o mecanismo necesita para funcionar. Es decir, engloba aquellas máquinas y circuitos que utilizan la mecánica de fluidos como base de su funcionamiento. Los fluidos más habituales utilizados en la maquinaria hidráulica son el agua y el aceite, siendo este último el más habitual.
La tecnología hidráulica se basa en un aumento de presión a base de un sistema de bombeo que provoca que el líquido en cuestión ejerza presión sobre un actuador, normalmente un cilindro que se mueve debido a la fuerza ejercida, y que por tanto es capaz de poner en funcionamiento un mecanismo.
Las instalaciones hidráulicas cuentan, por tanto, con algunos componentes básicos:
- Sistema de bombas.
- Motor.
- Elementos de refrigeración y calentadores.
- Detectores de presión, temperatura…
- Acumuladores y depósitos.
- Cilindros y válvulas.
Estos son sólo algunos de los muchos elementos que forman parte de esta maquinaria de suministro industrial, cuyos mecanismos también están presentes en objetos del día a día, aunque lo más habitual es encontrarlos en elementos como sistemas de bombeo, sistemas de frenos y vehículos como excavadoras o camiones.
Aplicaciones de la hidráulica en la industria
La hidráulica, que, debido al predominante uso de aceites como fluidos habituales suele tomar el nombre de oleohidráulica, posee múltiples aplicaciones gracias a la gran variedad de maquinaria y al avance de la tecnología industrial. Este desarrollo ha permitido contar con maquinaria cada vez más precisa.
De hecho, estos avances han permitido que la maquinaria hidráulica cada vez alcance mayor potencia energética, ofreciendo resultados que propician y retroalimentan su desarrollo industrial. Dentro de las aplicaciones más importantes a nivel industrial, podemos mencionar aquellas en las que intervienen máquinas que impulsan, colocan o controlan partes de la línea de producción, como:
- Gatos.
- Rodillos.
- Extractores.
- Bombas.
- Separadores.
- Prensas.
- Martillos cinceladores y demoledores.
- Equipos robóticos y de automatización.
Estas aplicaciones las encontramos habitualmente en empresas industriales de sectores como:
- Industria alimentaria.
- Sector del plástico.
- Minería y siderurgia.
Si bien estas pueden destacar, los sistemas hidráulicos son muy habituales en cualquier ámbito de maquinaria industrial, además de poder encontrarlos en los mecanismos de multitud de medios de transporte, que utilizan la energía generada por la vía hidráulicos, por ejemplo, en su sistema de frenos, suspensión, refrigeración o dirección del vehículo.
Y, más allá de este área, en vehículos propios de la construcción y obra civil, como excavadoras, perforadoras, tractores, grúas y distintos tipos de camiones, la hidráulica es la encargada de aportar energía para funciones como el levantamiento, impulso del vehículo o manipulación de objetos y materiales.
Por último, en medicina también podemos encontrar maquinaria dependiente de sistemas hidráulicos, como los mecanismos de camas de hospital, instrumental tanto para el ámbito quirúrgico como para el odontológico (en los que la precisión es fundamental), por nombrar algunos ejemplos.
Sin embargo, la hidráulica casi nunca suele mencionarse en solitario. ¿Qué quiere decir esto? Pues que los sistemas hidráulicos suelen aparecer, debido a similitud de funcionamiento y aplicación, junto a la llamada neumática. A continuación, te explicamos en qué consiste esta combinación y cuáles son sus particularidades.
¿En qué se diferencia la hidráulica de la neumática?
Si estos dos sistemas de transmisión de energía suelen presentarse de manera conjunta, esto tiene que ver con que ambos se basan en la transmisión de energía desde la base del movimiento de fluidos. La diferencia se encuentra en que la neumática utiliza un gas de fácil compresión.
En cualquier caso, estos dos tipos de sistemas cooperan para el correcto funcionamiento y rendimiento de maquinaria de prácticamente cualquier sector con presencia industrial, los cuales en muchas ocasiones cuentan con sistemas hidráulicos y neumáticos de manera simultánea.
Maquinaria hidráulica y neumática: estas son sus diferencias
Dentro de las formas en las que la maquinaria en la industria obtiene la energía, encontramos habitualmente maquinaria hidráulica, neumática y eléctrica. En este caso, nos estamos centrando en las 2 primeras vías de transmisión energética que consiguen provocar fuerza o movimiento desde el que hacer funcionar la máquina en cuestión.
Pero, ¿en qué se diferencian?
- Los sistemas neumáticos funcionan a base de gas a presión. Este gas se comprime en un mecanismo de pistones y cilindros de forma que mueve el cilindro, por lo que se genera energía mecánica. Una vez se ha provocado esta fuerza, el pistón vuelve a su posición original, hasta que se provoca un nuevo movimiento del cilindro por el aumento de presión. Estos mecanismos suelen formar parte de maquinaria que requiere movimientos periódicos y repetitivos, a un ritmo constante, como son las pistolas que, precisamente por este sistema, se llaman de aire comprimido.
- Los mecanismos de base hidráulica, por su parte, provocan la fuerza o el movimiento, como la que hemos expuesto en el cilindro anterior, a base de la mencionada presión provocada a partir del movimiento fluidos, habitualmente aceites que dan lugar a la llamada oleohidráulica. Pero, ¿qué ventajas puede plantear frente a la neumática?
Si bien es cierto que cada uno de estos sistemas posee aplicaciones específicas, podemos encontrar algunas diferencias o incluso beneficios dentro de los sistemas de energía hidráulicos. Uno de ellos es su mayor capacidad de carga y precisión, ya que las partículas de los líquidos se mueven de manera más uniforme que la de los gases, por lo que es más fácil calcular, predecir y, por tanto, ser precisos en los resultados. Además, la transmisión de energía por el aumento de presión es más rápida que en los neumáticos.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta que posee riesgos asociados, como su sensibilidad al calor e inflamabilidad, además de que es necesario renovarlo cada cierto tiempo. Es por ello que su mantenimiento es fundamental y que las empresas y compañías que forman parte del sector de la hidráulica y la neumática cuentan con todas las herramientas, protocolos y medidas preventivas necesarias para asegurar el mejor rendimiento y funcionamiento de nuestra maquinaria.
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